En marzo de 2024, el Fondo de Protección del Agua, FONAG, y Acción Andina acabarán la siembra de 224 mil árboles, labor correspondiente al plan de acción 2023-2024 para recuperar la cobertura vegetal de nuestros páramos, fuentes de agua que abastecen al Distrito Metropolitano de Quito.

El 50% de ellos son Polylepis, un género de árboles endémicos, indispensables para preservar los páramos ecuatorianos. El 50% restante corresponde a la siembra de otras especies que lo enriquecen y fortalecen su cobertura vegetal, con el objetivo de preservar, recuperar y restaurar los ecosistemas altoandinos.

La siembra dista de ser una labor sencilla. Se inició en abril de 2023 con la recolección de miles de semillas y obtención de esquejes (fragmentos de plantas). El proceso continuó con la germinación de semillas y plantación de esquejes en viveros, proceso que requiere de cuidados especiales para garantizar su germinación. Tras terminar este proceso, que dura aproximadamente un año, se procedió con la fase de siembra en suelos seleccionados.

Acción Andina explica que los árboles Polylepis son comúnmente conocidos como «árboles de papel» debido a sus finas capas de corteza. Originarios de la región andina de gran altitud de América del Sur, los bosques de Polylepis alguna vez cubrieron gran parte de la tierra, proporcionando un hábitat para las aves y otros animales silvestres nativos; recolectando agua de la niebla y de las nubes para transportarla aguas abajo.

Pero millones de estos árboles han ido desapareciendo. Hoy en día solo quedan 500.000 hectáreas. Esto ha impactado la resiliencia climática, la seguridad hídrica y la biodiversidad en la región. Restaurar estos bosques es una de las principales misiones de Acción Andina. Con la ayuda de las comunidades indígenas, Acción Andina y sus socios (entre ellos el Fonag) se han planteado la meta de recuperar y restaurar la cobertura vegetal en zonas cruciales, plantando y protegiendo millones de hectáreas de bosques en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela.

El crecimiento de estas especies nativas del páramo varía de acuerdo con de las condiciones del suelo y del clima: A mayor abrigo, mayor crecimiento. Pese a las variables temperaturas de los páramos, a veces bajo cero, los beneficios de recuperar su vegetación son invaluables: permiten recuperar los suelos degradados y su funcionalidad, pues vuelven a filtrar el agua para reservarla en las montañas, aportando a los sistemas de captación de la Empresa Metropolitana de Agua Potable de Quito (EPMAPS) y asegurando la disponibilidad de agua en calidad y cantidad.

El Plan involucra además acuerdos de conservación y participación con las comunidades. Estos consisten en brindarles asesoría a los propietarios de predios para implementar ganadería sostenible o mejorar los sistemas de agua y el cruce de ganado para proteger las captaciones (fuentes) de agua existente.

Asimismo, tareas de educación y sensibilización ambiental son indispensables para fortalecer el proyecto, de manera integral. De esta manera es posible generar o fortalecer un cambio de perspectiva positiva sobre la relevancia de los ecosistemas páramo y bosque, y, en consecuencia, del cuidado del agua. Una de las capacitaciones realizadas dentro del proyecto es la iniciativa Caravanas de Arte, que involucra a artistas profesionales, educadores ambientales, docentes y estudiantes de las comunidades educativas de instituciones seleccionadas, ubicadas en zonas de interés hídrico.

Pero las capacitaciones se planifican, monitorizan y evalúan; así, según el público objetivo se construye la mejor metodología. Según lo planificado anualmente, hasta finales de 2023, se han realizado 8 talleres, lo que equivale al 75% de cumplimiento, considerando cerrar la meta en marzo de 2024.

Para conocer más acerca del movimiento regional Acción Andina, visita https://accion-andina.org/?doing_wp_cron=1706645573.9946188926696777343750