Cuidar el agua, responsabilidad de todos. 

Fondos de agua: mecanismos financieros y de gobernanza a largo plazo, para aportar a solucionar problemas en torno al agua 

Por: Lorena Coronel, consultora externa 

En el año 2000, se crea el Fondo para la Protección del agua, FONAG, el primer Fondo de Agua del mundo y con esto surge una nueva forma de vincular a los principales usuarios del agua con sus fuentes de agua.  El vínculo que generan los Fondos de Agua permite unir esfuerzos de distintos usuarios para enfrentar los desafíos en la gestión del agua. Los Fondos de Agua han sido ampliamente replicados, existen más de 41 en funcionamiento alrededor del mundo y muchos más en desarrollo. No existe un modelo único, cada uno de ellos cuenta con una estructura adaptada a la realidad de cada lugar en los que se han implementado.   

Los Fondos de Agua podrían definirse como mecanismos financieros y de gobernanza a largo plazo, que permiten aunar esfuerzos de usuarios y actores de un lugar específico para aportar a solucionar problemas en común en torno al agua.  Inicialmente, los Fondos de Agua se concibieron como un mecanismo financiero, que buscaba lograr contribuciones de los principales usuarios, quienes se beneficiarían por las mejoras en el manejo de los ecosistemas fuentes de agua. Posteriormente, los Fondos de Agua incluyeron a la gobernanza como un elemento clave para su diseño y a la seguridad hídrica como el eje articulador. Sin embargo, el principio es el mismo, establecer una relación entre los ecosistemas fuentes de agua y sus usuarios, en donde la corresponsabilidad sobre el agua hace que los usuarios aporten a la conservación, restauración y mantenimiento de las fuentes de agua y zonas de recarga, bajo la premisa que esto mantendrá la disponibilidad de recurso a largo plazo.  

La figura más utilizada para poner en marcha un Fondo de Agua es la conformación de un fideicomiso, que ofrece garantías para lograr compromisos a largo plazo de sus constituyentes. En países donde no es posible su establecimiento, los Fondos de Agua se han creado bajo la figura de fundaciones, corporaciones, asociaciones civiles, entre otros. En cualquiera de los casos, crear condiciones que generen confianza como la rendición de cuentas, transparencia, reglas claras- ha sido fundamental para el funcionamiento. En la práctica, los Fondos de Agua han logrado involucrar a actores públicos, privados, sociedad civil, cooperación en un mismo esquema que busca disponibilidad de agua a largo plazo. La arquitectura de los Fondos de Agua considera además un directorio, conformado por los aportantes, que son los encargados de emitir las directrices y lineamientos, que son implementados por una unidad o secretaría técnica.  

Los desafíos alrededor del agua son diversos, así como las posibles soluciones. Los Fondos de Agua se han enfocado en acciones para la protección y restauración de los servicios hidrológicos, es decir se fundamentan en el uso de soluciones basadas en la naturaleza como parte integral del manejo del agua y cada Fondo de Agua ha desarrollado sus propias estrategias y lleva a cabo diversas acciones de acuerdo con las condiciones propias de cada lugar.  

En el caso específico de los páramos, su conservación tuvo una nueva relevancia cuando se evidenció su importancia para la provisión de agua. En América Latina, principalmente en Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador los páramos se encuentran en grandes altitudes y en varias zonas de ellos existen Fondos de Agua operativos que son de mucha importancia para el abastecimiento de grandes centros poblados como Quito, Bogotá o Piura por mencionar algunos de ellos. Solamente en Venezuela no se han identificado iniciativas de Fondos de Agua.  

En Ecuador, de los seis Fondos de Agua existentes, cinco tienen incidencia en los páramos, es decir que existe un compromiso de los usuarios en invertir por su protección y preservación.  Por ejemplo, FONAG trabaja para conservar y restaurar las fuentes de agua del Distrito Metropolitano de Quito, que son mayormente páramos; o el Fondo de Páramos Tungurahua y Lucha contra la Pobreza está diseñado para apoyar en el largo plazo a planes, programas y proyectos que contribuyan a la protección, restauración y conservación del páramo y al mejoramiento de la calidad de vida de comunidades indígenas y campesinas que habitan junto a él.  En Colombia y Perú también existen Fondos de Agua con acciones específicas en páramos, como por ejemplo Agua Somos en Bogotá o Alianza BioCuenca en el nororiente colombiano; mientras que, en Perú, un ejemplo es el Fondo Regional del Agua – Forasan en Piura. 

Si bien los Fondos de Agua no cubren toda la superficie de páramos de la región, en los lugares donde se encuentran operativos, se ha logrado conectar a las grandes urbes con el cuidado del agua, que significa para muchos cuidar los páramos. Los Fondos de Agua permitirán que se continúen realizando acciones de conservación y protección de los páramos.