EPMAPS, FONAG y EPN cuentan con un convenio tripartito para potenciar la generación de proyectos de investigación vinculados al agua para Quito.

Solos somos gotas, juntos somos ríos. Conscientes de esta realidad, a finales de 2016 se firmó un convenio tripartito entre el Fondo para la Protección del Agua (FONAG), la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (EPMAPS) y la Escuela Politécnica Nacional (EPN), que se encuentra operativo desde inicios del 2017.

Investigadores descargando datos de la torre Eddy Covariance en el ACH-Antisana. Foto: EPN.

Xavier Zapata Ríos, hidrólogo y profesor titular en la EPN, comenta que el convenio se firmó con el objetivo de fortalecer el componente investigativo de las tres instituciones. Por ello, los temas escogidos son relevantes y necesarios para la ciudad. 

La EPN aporta con equipamiento y direccionamiento académico mientras que EPMAPS y FONAG  contribuyen con datos, apoyo logístico, técnico y financiero, para que tesistas de pregrado y posgrado puedan desarrollar sus investigaciones. Los estudiantes que participan en el convenio contribuyen a resolver problemáticas asociadas al presente y el futuro de la ciudad. “Yo veo clave que tres instituciones unamos fortalezas para trabajar por el agua de Quito”, comenta Xavier Zapata. 

El perfil de los estudiantes que participan en el convenio proviene de la ingeniería ambiental y civil debido a que los temas de investigación se enfocan principalmente en hidrología, climatología y limnología. No obstante, cuando se requiere, se pueden vincular a docentes de disciplinas complementarias como, por ejemplo, estadística en trabajos relacionados con optimización de sistemas.

Los temas de investigación se definen conforme a una planificación anual en la que se delimitan las áreas de investigación que son importantes o prioritarias. Sin embargo, también se proponen temas conforme al andar y requerimientos puntuales. Esta es una de las fortalezas del convenio: su gran capacidad de adaptación.

Esta iniciativa se concretó después de un requerimiento formal presentado desde la EPN a la EPMAPS para utilizar datos de la empresa en una investigación de sus estudiantes. Allí se identificaron necesidades de investigación en común y sobre todo el potencial de trabajar en conjunto a largo plazo. Desde su firma, las investigaciones se han multiplicado de manera significativa.

Hasta el momento el convenio ha producido investigaciones muy amplias en el campo de la hidrología a diferentes escalas espaciales. Ahora se cuenta con estudios sobre variabilidad de precipitación para todo el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ), así como también estudios de modelación hidrológica a nivel espacial o en diferentes cuencas con modelos de campo y mediciones en parcelas.

Hasta el momento, mediante este convenio, en el campo de la hidrología se ha conseguido: validar una cantidad importante de información hidrometeorológica generada por la EPMAPS y el FONAG que después ha sido utiliza para correr modelaciones hidrológicas en todo el ámbito de trabajo de estas instituciones. Ahora, se está trabajando en modelaciones utilizado redes neuronales y lógica difusa.

En cuanto a limnología, se ha trabajado en los embalses de la EPMAPS con el apoyo de Nathalia Valencia, docente investigadora de la EPN, en la actualización de su batimetría, así como también en un estudio de dinámicas de parámetros físico-químicos y biológicos a lo largo de la columna de agua.

Adicionalmente, se han realizado proyectos de investigación de tesis en temas puntuales como la evaluación de los impactos del enduro y el fuego en las propiedades hidrofísicas del suelo de páramo; ambas cruciales para establecer estrategias oportunas para la gestión de este ecosistema.

“Yo creo que se ha sobrepasado las expectativas de todo el mundo. En realidad, en nuestras primeras reuniones del año 2017, teníamos cosas muy específicas, pero esto ha ido creciendo increíblemente. Ahora tenemos varias tesis que aportan con conocimiento para que las decisiones se tomen en base a resultados científicos y condiciones técnicas”, afirma Zapata.

Si bien todas las investigaciones que se realizan bajo este convenio son importantes, sobresalen dos grandes proyectos. El Proyecto PÁRAMOSUS financiado por la Academia de Investigación y Educación Superior de Bélgica (ARES) y la torre Eddy Covariance instalada en el ACHA. Ambos proyectos merecen su propio espacio, por eso puedes leer más sobre ellos dando clic en sus nombres. 

Dicho eso, más allá de los resultados que son evidentemente positivos, surge una duda: ¿Cómo se ha articulado el trabajo conjunto?

Es allí donde la Estación Científica Agua y Páramo ha cumplido un rol fundamental articulando y canalizando recursos para que se ejecuten estas investigaciones.  La ECAP ha funcionado como un puente entre las instituciones y un pulpo ejecutor. Según Zapata, la ECAP ha facilitado la realización de las investigaciones mediante ayuda técnica o logística. 

Este convenio es un indicador importante de la validez e impacto que produce una alianza entre la academia, empresas públicas y fondos de agua. Actualmente el convenio tiene una vigencia de cinco años. Sin embargo, ya se está trabajando para ampliarlo por cinco años más.

Revisión y Supervisión: Luna Delerue – FONAG y María Emilia Rueda – EPMAPS.
Reportería y redacción: Diego Ribadeneira Falconí – FONAG.